CUENTOS PARA TRABAJAR EMOCIONES: EL MONSTRUO DE COLORES

Si ya en una entrada anterior os comentaba que era suuuuper fan de Pomelo… ¡¡Del monstruo de colores ya ni te cuento!!  Para los que no lo conozcáis, este libro es de Anna Llenas, de la editorial Flamboyant. Me encanta Anna Llenas como escritora y como ilustradora (sus dibujos son lo más).

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Es muy importante trabajar educación emocional dentro del aula, ya que a veces nos encontramos con que hay niños que no saben ponerle nombre a lo que sienten y no saben cómo trabajar sus emociones internas. Por eso, es nuestra labor como docentes el ayudarles en esta tarea.

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Es cierto que en muchos colegios no hay tiempo físico para hacer un hueco a las emociones, pero muchas veces haciendo sencillas actividades podemos conseguirlo.

Cuanto antes se empiecen a trabajar, mucho mejor, sobre todo en los primeros años, puesto que así vamos a proporcionar mejoras en el aula. Está comprobado que los resultados de trabajar de forma emocional son muy positivos: aprenden a resolver de forma pacífica los conflictos, se crea un mejor clima de aula, y el propio alumno va a aprender a gestionar sus sentimientos y sus problemas.

El monstruo de colores es un cuento que nos ayuda a ponerle nombre a todas esas emociones que tenemos dentro. Asigna un color a cada una, de manera que al niño le sea mucho más fácil relacionarlos y expresar sus sentimientos a través del color.

Anna Llenas explica las emociones básicas: alegría, tristeza, rabia, miedo, calma... a través de un monstruito que  está hecho un lío, no sabe lo que le pasa y se encuentra lleno de emociones inexplicables. Entonces, aparece su amiguita que es la que le ayuda a poner en orden todos los colores para que sepa lo que siente.

Al final del cuento aparece otra emoción de sorpresa… Pero no os la voy a contar, si la queréis saber tendréis que leeros el cuento 😉

¿Cómo podemos trabajar estas emociones dentro del aula? Si miráis en Pinterest, hay muchíiiisimos recursos para trabajarlas con el monstruo de colores.

Una de ellas, por ejemplo, es coger 5 botes de cristar, asignarles el color de cada emoción y que cada alumno meta en el bote correspondiente algo que le haga sentir de esa manera: cosas que le den rabia o le enfaden en el bote rojo, cosas que le hagan estar alegre en el bote amarillo…

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Yo he decidido hacer un… ¡EMOCIÓMETRO!   También cogí la idea de Pinterest, y lo hice así :

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Con goma eva de colores, hice unos cuadraditos y en cada uno dibujé al monstruo con el color y la emoción correspondiente.

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La idea es que en clase tendremos a disposición de los alumnos un bote con pinzas que podrán identificar con sus nombres, y tendrán que colocar la pinza en el lugar en el que ellos creen que se encuentran hoy, de esta forma:

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Lo podemos colgar de la puerta, o ponerlo en una pared bien sujeto, pero siempre tienen que tenerlo a mano y acccesible para ser libres de cambiar la pinza en el momento que quieran. Si de repente se sienten alegres porque un compañero le ha ayudado y quieren mostrárselo al resto de la clase, debemos dejar que se levanten y coloquen la pinza en la parte amarilla. Igualmente si de repente se sienten tristes, enfadados…

Puede tener cada uno su pinza con su nombre o decorada como quiera, o cada uno puede tener 5 o 6 con su nombre y el color de cada emoción. Yo casualmente tenía pinzas con dibujitos de colores, pero pueden ser de madera normales.

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Si lo queréis hacer en casa, se puede hacer tal cual está y que cada miembro de la familia tenga su pinza (es muy importante que los padres también participen, y no solo los niños) y todos los días saquéis un ratito antes de cenar, antes de ir a la cama, antes y después del baño… para colocar vuestras pinzas. Lo ideal es que todos los de casa participéis, para que el niño vea las emociones como algo normal que todo el mundo siente y aprenda a expresarlas.

Podéis hacerlo más simple, y si no queréis dibujar a los monstruos, simplemente podéis hacerlo con los cuadraditos de colores, porque si ya habéis trabajado antes cada emoción con su color, el niño va a relacionar rápidamente qué color le corresponde a cada una.

Os animo a que trabajéis emocionalmente ya sea en casa o en el aula, y os dejo un vídeo muy interesante realizado en un cole de Cataluña sobre ello:

https://www.youtube.com/watch/?v=PQE4WqQSOcQ

30 comentarios en “CUENTOS PARA TRABAJAR EMOCIONES: EL MONSTRUO DE COLORES

  1. ¡Hola! Me encanta la idea y pienso llevarla a cabo, pero tenía una pregunta, ¿consideras que habría que poner el monstruo rosa del amor también? Porque he estado pensando que igual es un poco confuso y entienden que solo puedes sentirte de una forma o de otra, es decir, no sentir amor a la vez que alegría o que tristeza, por ejemplo ¿qué opinas?.
    Muchas gracias 🙂

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    1. Hola! Pues la verdad es que no me he planteado poner el del amor, pero creo que estaría genial añadirlo y explicar que puedes sentir más de una emoción a la vez… Aunque mis niños cuando sienten más de una siempre se ponen la pinza en hecho un lío jajaja. Pruébalo y me cuentas!

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  2. ME ENCANTOOOO, felicito a las personas que tienen estas ideas geniales y las comparten. Claro que lo pondre en practica con mis alumnos. a partir de los talleres de educacion sexual integral, en los primeros grados trabajamos con las emociones y esta idea está excelente para los mas pequeños de la escuela GRACIASSSSSSS

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      1. Hola Luz! Claro que puedes ir introduciendo a tu pequeño en el tema de las emociones. Está genial que empiecen a verlas desde pequeños para así saber cómo gestionarlas en el futuro. Este libro es tan sencillo que resulta estupendo para iniciar a los más pequeños, aunque hay miles de recursos muy válidos también. Un abrazo Luz!

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    1. Hola Sergio, pues una vez colocadas las pinzas hacemos un vistazo rápido y pregunto si alguien quiere contar algo. Si veo que alguien ha puesto la pinza en triste o enfadado suelo preguntarles directamente porque normalmente si la colocan ahí es porque necesitan contar algo. A veces no les importa decirlo para toda la clase pero otras veces cuando dicen que no lo quieren contar les propongo salir fuera conmigo y hablar en privado. Suele funcionar muy bien!

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